Sin embargo la paciencia es fundamental en este proceso, y es necesario esperar el momento madurativo indicado que casi siempre ocurre luego de que el niño cumple los dos años.
Los niños van manifestando su desarrollo día a día, pero hay determinados momentos en los que notamos un cambio repentino, incremento en su vocabulario, realización de directivas simples, logros motrices.
Señales de que el control es inminente:
- Reconoce que está haciendo pis o caca y lo manifiesta gestual o verbalmente.
- Sus deposiciones son habitualmente a una hora aproximada.
- Demuestra que el pañal le incomoda y pide que se lo saquen.
- Es capaz de realizar directivas simples.
La presentación de la pelela o el adaptador para el inodoro debe ser anterior al proceso, el niño debe reconocerla y también identificar su función. Intentar sentarlo sobre un objeto que desconoce sólo le causará temor y angustia.
Cuando los papás observen que está preparado , tienen la tarea de ofrecer el medio y ayudarlo a utilizarlo.
Para comenzar el proceso del control de esfínteres, los papás deben identificar si las condiciones de la familia son estables , ya que la parte emocional juega un rol preponderante en esta etapa del niño, si existen conflictos, cambios importantes ( una separación, el nacimiento de un hermanito, el comienzo de la guardería) es preferible esperar que se adapte primero a estas condiciones.
Al igual que cualquier cambio o nuevo hábito es frecuente que el proceso de dejar los pañales experimente avances y retrocesos, pero con constancia en unos meses el niño habrá hecho un gran logro y los papás podrán decirle por fin ¡Adios a los pañales!
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