Aprender a ser padres conectados

Cuando miro hacia atrás y recuerdo mi propia niñez, noto que existe un abismo entre mis experiencias y  las que están transitando mis propios hijos y me pregunto de qué manera seguirlos, acompañarlos, conectarme con ellos para no quedar excluida de parte de su crecimiento.
Y esto nos ocurre a la mayoría de los padres de estas nuevas generaciones de niños que se desarrollan en un medio transformado por las nuevas tecnologías. 
Por suerte nosotros ( personas entre treinta y cincuenta) hemos recibido estos cambios positivamente, a diferencia de nuestros padres,quienes fueron más reticentes a las novedades tecnológicas , quizás por llegar demasiado tarde a sus vidas.
Hace una década o algo más la caja boba  o el chupete electrónico era suficiente para mantener absortos a los niños durante horas, hoy no les basta con observar, sino que deben interactuar, estar más despiertos, pero a la vez sumergidos en un mundo completamente virtual.
Los niños se relacionan con la computadora o el celular desde que nacen, primero observando, escuchando y luego tocando, y en un abrir y cerrar de ojos poseen los conocimientos previos necesarios para manejar  cualquiera de ellos.
Por eso no es extraño que sus primeras palabras sean escritas en Google, que conozcan la F de facebook y manejen un vocabulario técnico antes que sus padres.
Pero:¿ Cómo manejamos nosotros a nuestros hijos en este atractivo mundo virtual? ¿ como nos mantenemos vinculados a ellos sin conectarnos al chat?
Porque al principio nos resulta gracioso el bebé tocando el teclado, después alardeamos de su sabiduría para dominar los programas, y en un parpadeo, saben el doble que nosotros, pasan más tiempo con la pantalla que con su familia, y  me aterroriza pensar ( teniendo en cuenta a la velocidad que transcurre el tiempo en Internet) que en algún momento tendremos un adolescente que configura su personalidad para hacer visible lo que desea y se desconecta cuando no quiere hablar...

  • Los límites antes que nada.

El tiempo transcurre de otra manera cuando navegas, cuando juegas, cuando chateas, es una realidad virtual a la que te involucras y resulta placentero , por lo tanto ,es difícil ponerle fin . La única manera de controlarlo es respetar un límite de tiempo establecido, que se convierta en un hábito y se coloque en un lugar claro frente a otras prioridades; estudiar , hacer deportes, alimentarse, compartir tiempo en familia, etc.o

  • Saber que rumbos toman.

No podemos cruzarnos de brazos mientras pasean por rumbos desconocidos, debemos acompañarlos, dar una vuelta, observar historiales, no perderlos de vista, hablar sobre lo que buscan en internet, y porsupuesto, colocar un filtro para ciertas páginas.

  • De vez en cuando, hablar en su idioma.

No está de más participar con ellos de un chat, de una video llamada, hablar en su idioma, conectarse (aunque sólo nos separe una pared); es una forma más de estar junto a ellos y demostrarles que los amamos y los acompañamos en su mundo.

  • Demostrarle que hay otras formas de disfrutar la vida.

Es normal para ellos desarrollar un vínculo con las nuevas tecnologías, porque en ese mundo nacieron y son partes esenciales de su vida, pero somos nosotros los responsables de enseñarles a disfrutar de otras actividades recreativas, del compartir cara a cara, de salir de la comodidad del sillón.
No nos olvidemos que somos su ejemplo, y que si mantenemos vivas las costumbres con las cuales crecimos, les ofrecemos un mundo más rico y saludable para vivir.








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