Cómo tomar cambios del cuerpo durante el embarazo.

El embarazo es una etapa inolvidable, una experiencia que ninguna mujer olvidará jamás. Los cambios en el cuerpo son indispensables para que este gran milagro ocurra, y lo importante es considerarlos de esta manera. Actualmente la información sobre el embarazo es extensa, ya sea de forma teórica, o en relación directa con las experiencias reales de algunas mujeres .Gracias a esto, y sumado a que la mayoría tiene una buena comunicación con su médico, los cambios en el embarazo son tomados con naturalidad.
Dentro de estos cambios existen algunos de los que la embarazada no tiene idea, son los cambios internos que  le suceden constantemente. Tal es el caso del crecimiento del bebé en el útero y las continuas modificaciones hormonales .
Algunos de los primeros cambios repercuten en la embarazada, son los famosos síntomas, a veces los que alertan o confirman de la existencia del bebé.
Pero los cambios más notorios son aquellos que ocurren en el exterior; progresivos, pero importantes, comienzan a hacerse evidentes con un botón que ya no prende, un pequeño ardor en los pezones y una inflamación general en los senos, pero poco a poco van transformando el cuerpo de la mujer para convertirlo en un nido, redondeando sus contornos, ampliándose notablemente para contener esa nueva vida en crecimiento.
Claro que estos cambios inquietan, desorientan, agotan, pero quien lo ha vivido puede reconocer su magia, admitir que todo esto realmente vale la pena.
Mientras estos cambios se suceden, y la ansiedad aumenta junto con los kilos engordados, el momento  del nacimiento del hijo se acerca, y con él las expectativas de volver a ser quien era antes del embarazo.
Pero eso no ocurre con facilidad, al menos no con la rapidez que las mujeres desean.
Pero la naturaleza es sabia, y ambos procesos llevan el mismo tiempo.Así, el crecimiento lleva nueve meses, y lo normal sería normalizar las formas el mismo período después.
 Aunque no significa volver a ser la misma, porque ser madre implica cambios y no son sólo aparentes y circunstanciales , la maternidad hace nacer una nueva mujer, más sabia, más precavida, más afectiva, más práctica y más tolerante. Y mientras los kilos demás se pierden ( aunque los contornos no serán los mismos) , amantar puede ser una experiencia placentera y útil para el mismo fin, además de  resignificar la palabra belleza.
Ojalá el amor sea más fuerte que la vanidad en todos los embarazos, y los cambios puedan ser asimilados sin culpa, porque a pesar de que la época actual contradice a la naturaleza, es mucho más sano admitir la
idea de que el cuerpo continúa un proceso y todos los cambios son partes de la vida y hay que tomarlo de la forma más positiva posible.

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