De preescolar a primer grado.

Atrás quedó la salita con nombre de fantasía, los constantes juegos, la merienda, las canciones que marcan el final de una actividad y el comienzo de otra, la seño de guardapolvo divertido y mirada dulce.El cambio de preescolar a primer grado no es nada sutil ni favorecedor,y para los niños puede resultar muy dificil  asimilar que esta etapa ha finalizado.

Seguramente los docentes de primer grado tratan de buscar estrategias para ensamblar una etapa con otra, sin embargo, son pocos los nexos de unión, ahora hay una serie de objetivos que cumplir y poco tiempo que perder.
En la familia se genera una gran expectativa, los padres están ansiosos por ver como se desenvuelve su hijo en la escuela primaria, y la mirada hacia él cambia, ha dejado de ser el pequeño que pasaba el tiempo que quería jugando, para ser ahora un alumno con responsabilidades.

Pero la evolución que esperamos no sucede de un día para el otro, sino que es en esta primera etapa una transición, un paso progresivo que debe respetarse.

Y lo fundamental para lograr que esta transición sea pareja y sin retrocesos, es que el niño pueda proyectar un camino alentador, que tanto padres como docentes manifiesten  los beneficios de esta nueva etapa, y se muestren tolerantes frente a  algunas actitudes propias de un niño de preescolar.

Mientras tanto los llantos, el dolor de pancita y la ansiedad pueden ser frecuentes síntomas de que el cambio es demasiado brusco.

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