Obesidad y familia actual.

La familia es el primer ámbito en el que se aprenden los hábitos.Mucho se ha dicho de la preponderancia de factores genéticos que predisponen a la obesidad, pero como todos los rasgos genéticos, se necesita un desencadenante para despertarlos.La obesidad está relacionada directamente con los hábitos alimentarios de la familia.
Es muy difícil pertenecer a una familia que consume demasiadas grasas y harinas sin convertirse en algún momento en una persona gorda u obesa.
El estilo de vida encierra un grupo de hábitos particulares, aquellos que predisponen a la obesidad son :
  • Escasa o casi inexistente actividad física.
  • Consumo en exceso de grasas, azúcares y harinas.
  • Predisposición genética a acumular adiposidad.
  • Pocas( y por lo tanto abundantes )comidas diarias .
  • Consumo de gaseosas y alcohol.
  • Pasar demasiado tiempo frente al televisor, a los videos juegos o a la computadora.
  • Utilización de la comida como calmante de la ansiedad familiar.
Como adultos tenemos la responsabilidad de alimentar en forma adecuada a los niños, y de procurar el bienestar de la familia (incluyéndonos).
Se ha incorporado a la obesidad dentro de la lista enfermedades, por lo que hasta algunas obras sociales reconocen su tratamiento.
Si  todos aceptamos que la obesidad es una enfermedad crónica que acarréa muchas complicaciones al organismo, también debemos tomar conciencia de que una nutrición adecuada no es sólo un hábito, es el camino para prevenir graves inconvenientes.
A veces la comida se usa para compensar vacíos,éstos pueden provenir del afecto, de la atención y del espíritu.Una familia sin fé, sin proyecciones, con pocas demostraciones afectivas,puede utilizar la abundancia de alimentos para intentar suplir esas falencias.
También el estrés en la familia es un causante de desórdenes alimentarios, este debe prevenirse y/o tratarse correctamente.
La hora de comer debe ser un momento relajado, en el que se produce un intercambio de ideas entre los mienmbros de la familia, favoreciendo las pausas y la buena digestión.
La familia proporciona a los más pequeños costumbres y rutinas, también trasmite el simbolismo que se le otorga a la comida, y muchas veces no es el más correcto.
Los niños deben aprender desde su más tierna infancia cuales son los alimentos que puede consumir a diario y en que proporciones, y este aprendizaje práctico, a base de límites y repeticiones es el que lo previene de la obesidad.
La idea de la obesidad chistosa ,del gordo feliz, así como la creencia de las abuelas de que los bebés muy gordos son saludables, son todas ideas falsas, productos de la falta de información ( que por suerte actualmente está dejando de existir).
Por último:
Cambiar los hábitos alimentarios de la familia puede ser una tarea sencilla, y realizada progresivamente puede ser casi imperceptible, observando los beneficios en pocas semanas.

No hay comentarios:

Busquedas

Entradas populares